Cuando hablamos de energía, nos vamos por ramas interminables de conocimiento, mismas que son infinitas e ilimitadas, y algunas poco o nada exploradas, como el caso de las consecuencias energéticas que tenemos, al tener sexo con alguna persona.
Y si empezamos por la palabra sexo, que viene de seis, la unión de dos veces tres, que son, el cuerpo físico, emocional y espiritual de la mujer, con el cuerpo físico, emocional y espiritual del hombre, que se unen sin que podamos hacer nada para oponernos, siempre y cuando haya penetración entre un hombre y una mujer, entonces, el aura que es el campo energético que tenemos y que no se puede romper con nada (a menos que nosotros demos permiso a entidades energéticas de entrar en el) se une a la del compañero, formando un solo globo, una sola aura mientras se realiza el acto sexual, que es el verdadero matrimonio y lo que energéticamente se considera la unión eterna de dos seres que se aman y quieren compartirlo todo con la persona que eligieron.
Y si empezamos por la palabra sexo, que viene de seis, la unión de dos veces tres, que son, el cuerpo físico, emocional y espiritual de la mujer, con el cuerpo físico, emocional y espiritual del hombre, que se unen sin que podamos hacer nada para oponernos, siempre y cuando haya penetración entre un hombre y una mujer, entonces, el aura que es el campo energético que tenemos y que no se puede romper con nada (a menos que nosotros demos permiso a entidades energéticas de entrar en el) se une a la del compañero, formando un solo globo, una sola aura mientras se realiza el acto sexual, que es el verdadero matrimonio y lo que energéticamente se considera la unión eterna de dos seres que se aman y quieren compartirlo todo con la persona que eligieron.
Eso se podía contemplar en tiempos muy antiguos, ya que en tiempos modernos, el sexo, es tan liberal, tan irresponsable que se tiene con quien sea, no importa que se conozca bien o no ala persona, incluso basta que nos haga química en cualquier antro o cafeteria. Es en estos casos donde las consecuencias de un acto sagrado, bello y que incluso nos da poder, se hace riesgoso, y hasta peligroso.
Cuando unimos las auras con alguien, así haya sido una vez en la vida, juntamos karmas, energía, luz, vibración, conocimiento, larvas (vampiros energéticos que se nos plasman) etc.…Esto es algo hermoso cuando estamos realmente enamorados y queremos pasar con esta persona el resto de nuestros días, ya que cuando amamos realmente queremos compartir lo bueno y lo malo con nuestra pareja, pero cuando solo fué un acto de placer, o de una noche, ya no es tan agradable, ya que de la misma forma unimos todo lo mencionado y esta unión energética dura siete años, a partir de la ultima relación sexual, ¡así es!, ¡siete largos años! en que el lazo no se rompe, y en que seguimos unidos de forma energética y karmika con todo aquel con quien hemos compartido nuestra cama, nuestro espacio y nuestro cuerpo energético. Además de que se complica cuando la cadena es grande, porque imagina a alguien que ha tenido relaciones sexuales digamos, nueve personas; que a su vez cada una había tenido sexo con tres ¿Puedes imaginar cuantos karmas y plasmaciones tienes tu después de esta cuenta benévola?!Basándonos en tiempos modernos ¡
Esto hace más pesado nuestro camino y proceso, nos llenamos cada vez de más densidad y cargas que ya no sabemos de donde salen y menos como quitárnoslas.
Para el descanso de todos quiero compartirles que hay una cura ¡una sola! Si antes de esos siete años encuentras el amor de tú vida, un amor profundo y verdadero entre los dos; ¡este amor es capaz de quemar y trasmutar lo que sea! convirtiéndose en una cura de amor y de energía para la pareja.
Dentro de las consecuencias de la unión de karmas, en el sexo, está también el que uno de los dos tenga sexo con varias parejas muy densas y contagiadas con karmas de otros, lo que energéticamente se considera, un acto sexual en nido de larvas. Lléndonos a los extremos, pensemos que esa noche también tenga relaciones con su pareja y quede embarazada, lo que hará que pase al hijo que engendren, la nefasta densidad de un nido de larvas que ira desarrollándose junto con el niño, dando por resultado seres con cierta maldad y crueldad desde pequeños.
Cuando unimos nuestra energía de este modo, también damos nuestro poder y vibración de vidas a la otra persona, creando lo que antiguamente llamaban puentes de poder.
Este tema es tan complejo impactante y profundo, que no acabaríamos en horas. Pero este conocimiento nos hará tener más consciencia de la ligereza o profundidad de nuestros actos.
Con amor Jan Dael.
P.D. ¡Recuerda que no hay condón energético
Visita: http://www.piensaenespiral.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario