“Ésta es una de las preguntas que las personas hacen con mayor carga de angustia. En una madre y en un padre, un aborto es una de las mayores pérdidas posibles. Un aborto es la pérdida de un hijo, ni más ni menos. Lo que pudo ser, lo que no fue y lo que no será.
Para lograr entender lo que sucede con el alma de un ser abortado, tenemos que entender un detalle importante. El tiempo tal como lo conocemos, formulado como pasado, presente y futuro, sólo existe para nosotros, los seres encarnados. Ni bien ingresamos a los planos espirituales superiores (y cuando digo superiores estoy hablando de mayor cantidad de consciencia, mayor cantidad de Amor y de Verdad) el tiempo deja de ser una línea para pasar a ser un espacio, un lugar donde conviven a la vez, pasado, presente y futuro. Una vez que entramos en el espacio del tiempo sagrado, entramos simultáneamente en el pasado, en el presente y en el futuro. Para nosotros es difícil entender ciertas leyes de los planos superiores del espíritu. Pero eso sólo habla del plano de consciencia en que vivimos, nada más.
Las almas de los seres que van a ser abortados de manera espontánea, voluntaria o por accidente, ya saben que van a ser abortados. Son almas que no tenían como propósito encarnar. Es más, son seres muy elevados que se ofrecen para esta tarea. Recordemos una vez más que una de las principales Leyes del Universo es que los padres tengan la experiencia que están necesitando.
En este plano, nosotros vivimos un aborto como algo decidido o sucedido, pero en el plano del espíritu, los seres que van a ser abortados ya lo saben, así como lo seres que van a nacer también lo saben, y eso que nosotros vemos como imposible para nuestra realidad, solo se trata de una realidad superior.
El aborto en sí no es la experiencia que necesitan los padres. La transformación que van a tener en sus vidas a raíz de sentir la pérdida y hacer el duelo, es la experiencia transformadora de consciencia.
Las almas de los seres abortados no tienen ningún tipo de deuda, ni de castigo. Ellos eligen su tarea como un regalo de Amor para sus destinatarios. Saberlo no quita el dolor, pero lo ilumina. Donde tenemos que focalizar nuestra atención en un aborto es en los papás. En especial en la mamá, de modo que los dos tengan el mayor cobijo posible para atravesar una de las experiencias más dolorosas de la vida: la pérdida de un hijo.”
* Alejandro Corchs – “13 Preguntas al Amor” *
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